sábado, 19 de diciembre de 2015

Repensar el trabajo. Reflexiones en torno al #IDH2015

Hoy publico en DEIA y en Noticias de Gipuzkoa (diarios ambos del  Grupo Noticias) un Nuevo artículo de mi sección quincenal Mirar Hacia Otro Lado.

Lo he titulado "Repensar el trabajo". Se trata de una reflexión sobre el trabajo y el empleo en nuestro mundo contemponáneo tras haber leído el Informe de Desarrollo Humano 2015 que lleva el mismo título.
http://www.deia.com/2015/12/19/mundo/repensar-el-trabajo
Los que seguís el blog sabéis que esta semana se ha publicado el Informe de Desarrollo Humano 2015 y que lo hemos presentado y debatido en Getxo de la mano de UNESCO Etxea.



Por su interés os pongo aquí el enlace del IDH2015 en su versión en español.

http://hdr.undp.org/sites/default/files/2015_human_development_report_overview_-_es.pdf
#IDH2015

Por si no se leyera bien en los textos adjuntos, copia aquí el artículo íntegro:


REPENSAR EL TRABAJO

 
Esta semana se ha publicado el Informe sobre Desarrollo Humano que todos los años elabora el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, el PNUD. De la mano de la ONG UNESCO Etxea se ha presentado también en Euskadi. El informe nos invita en esta ocasión a “repensar el trabajo”.

No puede ser un tema más oportuno en un mundo en que, según los datos oficiales, hay 204 millones de desempleados y otras 830 millones de personas que tienen un trabajo que no les permite salir de la extrema pobreza (menos de 2 dólares al día). Más de 1.500 millones tienen un empleo sin condiciones de seguridad ni protección social.

Las mujeres cobran un 24 % menos por trabajo de igual valor que el hombre y tienen sólo el 25% de los puestos de responsabilidad en el mundo empresarial.

Es un mundo laboral en cambio por la tecnología, las comunicaciones y el acceso de nuevos países emergentes. El informe nos advierte de que “en el nuevo mundo laboral los trabajadores deben ser más flexibles y tener una mayor capacidad de adaptación, y han de estar preparados para la formación continuada, los traslados y las renegociación de las condiciones de trabajo. También deben buscar más tiempo a buscar nuevas oportunidades.”

Este lenguaje suena muy duro a nuestros oídos: ¿es este un nuevo mundo mejor o peor para el bienestar y los derechos de los trabajadores? Pues me temo que ambas cosas, mejor y peor a un tiempo, mejor en algunas cosas y peor en otras.

Es mejor porque abre las puertas a cientos de millones de personas de países empobrecidos que antes estaban excluidos. Gracias a su talento y a su esfuerzo, gracias a la tecnología, a la ciencia, a la educación, a la cooperación internacional y a la solidaridad, nuevas oportunidades se abren para muchos millones de personas que antes parecían condenadas por nacimiento a la miseria y la esclavitud. Hoy esas personas tienen más oportunidades de trabajar y competir con nosotros y eso, aunque nos duela, es muy justo.

Pero es al tiempo un mundo más exigente para todos. El informe lo dice con mucha crudeza: “para los trabajadores ahora es el mejor momento de tener un perfil con capacidades especiales y una formación adecuada, ya que estas personas pueden aprovechar las tecnologías para crear y obtener valor. Sin embargo, nunca ha habido peor momento para tener un perfil de trabajador solo con competencias y capacidades comunes”.

Es un mundo donde nada podemos dar por hecho y todo tendremos que ganarlo casi cada día con más esfuerzo. Un mundo en que la educación, el talento, la generosidad, la confianza y la innovación marcarán más que nunca la diferencia. Un mundo para el que tenemos que prepararnos y, sobre todo, para el que tenemos que preparar a nuestros hijos: un mundo universal y políglota. Un mundo donde la formación y las capacidades ya no sólo se miden por títulos, que siguen siendo necesarios, pero cada vez más insuficientes.

Es un mundo difícil, pero no más que el anterior para la inmensa mayoría de la humanidad. Es un mundo con enormes desigualdades, pero al mismo tiempo con más y mejores oportunidades para miles de millones de personas. Un mundo complejo que se resiste a clasificaciones maniqueas. Es el mundo en que nos toca bregar.

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