martes, 7 de julio de 2015

El periodismo de la pifia.

No. Reconozco que yo no había oído hablar del gaffe journalism, ¿y tú?

Te ahorro la consulta al diccionario: lo podríamos traducir por periodismo de la pifia, o periodismo de la metedura de pata, o del despiste o del error tonto.

Lo acabo de descubrir en el libro "The News. A User's Manual" de Alain de Botton (creo que todavía no está traducido al español).

Bueno, ya sé que leer a Alain de Botton no es tan serio como leer a Heidegger o Witgenstein, pero en fin, yo debo reconocer que me gusta su mezcla de sentido común, elegancia expositiva, efectiva brevedad, aparente sencillez y humanismo puesto al día.

Pero lo que quería compartir aquí era esto del journalistic gaffe, porque me ha parecido de mucha actualidad.

En las páginas 63 a 65 dice algo así como:

"hablamos del auge de una bien conocida forma de escapismo alternativo a la verdadera investigación periodística: el periodismo de pifias.

Una pifia periodística es algo que una persona relevante dice de forma initencionada o en un lapsus momentáneo que -todo el mundo lo sabe- en ninguna forma refleja lo que de verdad piensa y aún así las periodistas se lanzan sobre él negándose a dejar pasar la pieza.

La pifia es perseguida por los medios no porque nadie crea sinceramente que su denuncia conduzca a una mejora de las políticas o de las conductas. La pifia simplemente facilita una ocasión para el escanio (...) Detrás de este periodismo de pifia descansa la impotencia del periodista (...) que carece del poder o de la paciencia (...)

Pero el único objetivo honesto de desenterrar y publicitar un error debería ser combatir su repetición (...) Por muy satisfactorio e importante que pueda ser abatir al poderoso, las investigaciones periodísticas deberían tener un objetivo sutilmente diferente y no siempre coincidente: el deseo de mejorar las cosas."

Cuando veo cómo politicos, contertulios, periodistas o ciudadanos muerden en la jugular de quien ha metido la pata con una declaración desafortunada y no la sueltan aún cuando esté claramente cogida fuera de contexto y obviamente malinterpretada, siento que se hace trampa (sea la víctima de mi cuerda o de cualquier otra: me da igual si la víctima es de la troika o del gobierno griego; si es del PP o de Podemos).

Estamos dispuestos a perdonar los deslices de los nuestros pero condenaremos cual torquemadas inmisericordes las pifias ajenas. El problema no es que se sea cruel o injusto, con ser esto malo, sino que se sabe bien que se hace trampa y aún así se insiste.

Hagamos un trato, por favor: evitemos todos esta conducta justiciera y tramposa.

Hasta ahora no sabía como referirme a ese fenómeno. Ahora ya lo sé: gaffe journalism o periodismo de la pifia. Gracias Alain por darme en el nombre de la cosa.

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